¿Es posible corregir la sobremordida con ortodoncia? La respuesta es sí. Se trata de uno de los problemas de maloclusión que pueden tratarse de forma exitosa a través de este procedimiento bucodental. ¿Quieres saber cómo o qué resultados esperar? No te pierdas este nuevo post de nuestro blog. ¡Comenzamos!
En primer lugar, tenemos que saber qué es este inconveniente. La sobremordida es un problema de oclusión de la mandíbula que puede alterar de forma notable la calidad de vida del paciente. Consiste, básicamente en que los dientes superiores sobrepasan los inferiores. La consecuencia es un solapamiento, pudiendo llegar a tapar completamente los dientes superiores a los inferiores.
¿Por qué no preocupa tanto este inconveniente como lo hace el prognatismo mandibular? Principalmente porque la estética de la sobremordida no es tan acusada. El problema, sin embargo, es que puede ser la causa de otros inconvenientes de salud más importantes.
Por suerte, se puede corregir la sobremordida con ortodoncia, evitando inconvenientes como el cambio en la estructura de la cara, problemas en el habla o en la capacidad masticatoria.
Pero, ¿cómo es posible corregir la sobremordida con ortodoncia? Estamos ante un inconveniente que cuenta con varias soluciones. La ortodoncia es una de las más recomendables, sobre todo para aquellos casos menores. El resultado no es otro que evitar un buen número de problemas dentales en el futuro. Además, cuanto antes se aborde este aspecto, en edades más tempranas, mucho mejor.
Junto a la ortodoncia, hay otros tratamientos para solucionar la sobremordida. El más habitual en casos más graves es la cirugía, aunque en este caso estaríamos hablando también de apiñamiento dental que requiere la extracción de algún diente o bien de que el origen de la propia sobremordida tiene un componente esquelético.
Tienes que saber también que para corregir la sobremordida con ortodoncia es posible apostar también por la ortodoncia invisible. Gracias a esta novedosa técnica, se consigue solucionar una buena cantidad de problemas sin la necesidad de comprometer la estética del paciente. De ahí su tremendo auge en los últimos tiempos, convirtiéndose en una verdadera revolución.